La historia Mamary, un joven de 28 años originario de Mali, es un reflejo de la valentía y la resiliencia de miles de migrantes que luchan por un futuro más prometedor. Su viaje comenzó en 2016, después de la trágica muerte de su padre y de su joven esposa, por lo que tomó la difícil decisión de emprender un viaje hacia España, con la esperanza de encontrar una vida mejor y poder enviar ayuda a su familia en su tierra natal.
La travesía de Mamary le llevó a Marruecos, donde consiguió un empleo que le permitió sobrevivir y fue tratado con dignidad. Sin embargo, su sueño de un futuro más estable lo llevó a arriesgarse y, junto con un grupo de amigos, se embarcó en un peligroso viaje a través del estrecho de Gibraltar en una frágil patera. La travesía fue ardua y llena de incertidumbre, pero consiguieron ser rescatados y llegar a España.
Así, Mamary llegó a Barcelona, una ciudad que se convertiría en su nuevo hogar. Fue aquí donde conoció a BRAFA y se unió al programa SPES. Tiempo después, obtuvo el estatus de refugiado y pudo encontrar empleo, lo que le permitió comenzar a construir una nueva vida y enviar mensualmente dinero a su familia.
Mamary se volvió a casar y su mayor sueño sigue siendo reunir a su esposa y su hija, quienes se encuentran en Mali.
Hoy, Mamary ayuda como voluntario del programa SPES a otros jóvenes inmigrantes y refugiados que atraviesan las mismas dificultades a las que él enfrentó.