Y todo por un mensaje de WhatsApp…

Anton no llega a los treinta años pero ya ha lleva muchos kilómetros recorridos a sus espaldas. Como a todos, el confinamiento por el coronavirus le cogió por sorpresa y mantuvo su trabajo de ayudante de cocina en un restaurante de la zona alta de Barcelona.

Pero, tal como como explica, después de salir del un ERTE, los propietarios lograron –con promesas de repescarle–, que firmara una baja voluntaria. Pasó así a estar en paro.

Baja voluntaria equivale a dejar la empresa sin derecho a recibir la prestación por desempleo. «Llevaba en ese puesto poco tiempo, por lo que tampoco hubiera podido cobrar», señala. La razón es que Anton, ayudante de cocina, ha pasado por decenas de situaciones y trabajos.

Parado en hostelería, un sector castigadísimo por la crisis

Padre de un hijo, no cuenta con estudios. No, tampoco el título de la ESO, imprescindible para acceder a la mayoría de ofertas de trabajo. Explica que en su sector, la hostelería, no hay prácticamente nada que buscar ni que encontrar. Por suerte, su mujer, empleada en un hotel, se encuentra en ERTE y la familia cuenta con algunos ingresos.

El día a día de Anton es muy sencillo: lleva y recoge a su hijo del colegio, dedica un tiempo a explorar el desolado panorama laboral y… Podríamos continuar, pero desde hace dos semanas ha apuntado en su agenda dos citas: martes y jueves a las 10:00 partido de fútbol en Brafa y media mañana entre personas que se encuentran en una situación similar a la suya.

Un mensaje de WhatsApp con vida propia

WhatsApp se encuentra en el centro del huracán por diversos motivos, pero en este caso un mensaje lanzado desde el Programa Spes de Brafa se viralizó y finalmente acabó en su teléfono: «Si estás desempleado o en ERTE, ven a jugar a fútbol a Brafa«. 

«Me llegó a través de un amigo –explica Anton– y pensé que, después de tanto tiempo sin hacer nada, me apuntaba«. Hoy, antes del partido, mientras los participantes llegaban, se había organizado una pequeña tertulia en el jardín de la escuela, momento en el que Anton ha explicado su historia. Ahora mismo está jugando. Haciendo deporte. Moviéndose. Desconectando un rato. Con gente que le escucha.

Esta historia es una de tantas que podrían explicarse de las personas que acuden al Programa SPES.

Que corra la voz. Viva WhatsApp.

 

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