En la familia Rubio Duque son devotos de la educación. Andreu es profesor de formación profesional, de Química. Elena es profesora de la Facultat d’Educació de la Universitat de Barcelona. Caleb, el hijo mayor, además de jugar al baloncesto, también ayuda como auxiliar en un equipo. Y Aidan, también jugador de básquet… todavía tiene tiempo para decidir… ¡Pero se ha apuntado con su madre a la Coral de Brafa!
¿Por qué elegisteis Brafa?
Los dos crecimos en el barrio y aunque no habíamos tenido relación directa con Brafa, siempre la habíamos tenido como referencia por su trabajo con los niños.
Y, aunque ya no vivimos en el barrio, buscábamos una escuela deportiva donde nuestros hijos aprendieran deporte y valores en un buen ambiente para su crecimiento.
¿Qué papel juega en vuestro proyecto familiar la actividad deportiva de vuestros hijos?
Tiene un papel muy importante en nuestra familia. Desde el principio nos hemos sentido muy acogidos. Es una «segunda casa». Nos ayuda a educar a nuestros hijos en valores y práctica deportiva.
¿Cómo podemos las familias ayudar a que nuestras actividades sean más enriquecedoras para los participantes desde un punto de vista educativo?
Transmitiendo respeto por la diversidad de niños y niñas, y una competitividad sana. Así se potencia lo mejor de cada niño para que haya calidad deportiva y humana. También participando en las diferentes actividades culturales y familiares que se proponen desde Brafa (coral, excursiones, charlas, etc.).
Vais sumando años como familia de la escuela. ¿Consideráis que es importante dar continuidad a la formación que se recibe en Brafa?
Sí. Porque es una formación integral y, año a año, van mejorando deportivamente y como personas. También se crean lazos de amistad y buenas relaciones entre las familias.