Paco Ruiz, senior de Brafa y participante del Programa 5-50-5, solía llevar a su hijo Erik, que sufre parálisis cerebral, a los entrenamientos. A Erik le adaptaban una serie de rutinas para que pudiera hacer ejercicio desde su silla de ruedas.

Un día, conoció a Anty García, quien le dio una gran oportunidad: ser entrenador de fútbol.

Este año, Erik hace tándem con su padre, Paco, transmitiendo su pasión y alegría a su equipo y a todas las personas con las que se encuentra cada vez que viene a Brafa. Pero esta historia no estaría completa sin hablar de su madre, Montse, que, junto con Paco, ha hecho posible que su hijo esté logrando cosas increíbles.

Erik, ¿cuando te diste cuenta de que podías llegar a entrenar un equipo?
Para mí era un sueño desde pequeño y David y el míster (Anty) me dieron la oportunidad de entrar en un equipo.

Cuando acabes los estudios, ¿en que quieres trabajar?
El mundo del deporte siempre me ha gustado un montón y me siento feliz y contento…

¿Cuál es su papel en el equipo? ¿Cómo ves los entrenamientos y los partidos desde tu posición?
Mi papel es  motivar a los niños. A veces es difícil porque veo cosas que no me gustan y tengo que analizar lo malo y sacar lo bueno. Así analizo los partidos y entrenos.

¿Qué papel ha jugado tu madre para llegar hasta aquí?
Mi madre me ayudó mucho y me da energía y muchas ganas. Con lo del fútbol es un muy apoyo, porque sabe que para mí ha sido siempre un motor importante.

Paco, ¿alguna vez te imaginaste con Erik entrenando a un grupo de niños?
No. Ha sido una gran suerte que me ha dado la vida, hacer cosas juntos fuera del ámbito familiar y también con nuestro gran amigo Anty García.

Detrás de este tándem está tu mujer, Montse… 
Montse es su madre y, sobre todo, es una guía donde Erik se apoya y en la que confía muchísimo. Casi todo lo que consigue Erik es gracias a ella, por su fortaleza para afrontar la vida. Montse se ha volcado totalmente para que Erik sea feliz mediante el fútbol.